Polémica con el nuevo Centro de Visitantes del Parque Nacional Sierra de las Nieves
Diversas asociaciones académicas, conservacionistas y deportivas, como el Instituto de Estudios de Ronda y la Serranía, Cilniana, Silvema, Verdemar o Grunsber, entre otras, van a presentar objeciones ante la Junta de Andalucía argumentando contra el proyecto de construcción del futuro Centro de Visitantes de Parque Nacional Sierra de las Nieves sobre el antiguo cortijo de Conejeras, ubicado en el poljé homónimo, del que informó el pasado 7 de agosto José Antonio Víquez, delegado territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul en Málaga. Razones de índole geomorfológica y etnográfica justifican esta oposición.
El poljé de Conejeras
La Sierra de las Nieves constituye un sistema kárstico en carbonatos de elevado interés geomorfológico, por lo que se encuentra incluida en el Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (LIG SBs011). De hecho, su geomorfología kárstica, junto con la presencia de Abies pinsapo, son los principales valores naturales que propiciaron su temprana declaración como Parque Natural en 1989 y parte de su justificación para su reciente declaración como Parque Nacional en 2021. Entre los elementos más característicos del modelado kárstico destacan los poljés o grandes depresiones cerradas como la de Conejeras, de fondo plano, colmatadas de arcillas de color rojo (terra rossa), con drenaje endorreico y desarrollo de galerías subterráneas. Por encima de esta llanura sobresalen unos promontorios rocosos con lapiaces conocidos como hums. Los hums de Conejeras, hasta cuatro, se comportan como relieves de resistencia residual frente a la erosión y presentan diversos tamaños, destacando uno al este, junto al pilar y al gran quejigo, y otro al oeste donde se ubica el cortijo homónimo, que es donde se ha proyectado el nuevo edificio del Centro de Visitantes, lo que conllevará su explanación y arrasamiento.
Existen además otros elementos típicos del paisaje kárstico que se desarrollan en el poljé de Conejeras, además de los hums, como las dolinas (depresiones menores que suelen inundarse tras fuertes precipitaciones), las uvalas (conjunto de dolinas), y los ponors (sumideros a través de los cuales se produce el drenaje temporal de las aguas superficiales del poljé). Además, este poljé forma parte indisociable del conjunto más destacado de poljés de la Sierra de las Nieves, que se distribuye por el sector occidental del parque natural, donde se conocen localmente como navas (la toponimia hace alusión a ellas dependiendo del tamaño: Navazo, Nava o Navacillo), si bien el poljé de Conejeras es el más completo en cuanto formas del relieve se refiere.
Además, todas estas navas son de propiedad privada a excepción del poljé de Conejeras, que es de titularidad pública, siendo por este motivo el único accesible a los visitantes del espacio protegido. Precisamente por ello posee un gran potencial para la divulgación del patrimonio geomorfológico del Parque Nacional que, en última instancia, es lo que se pretende con el Centro de Visitantes.
Destrucción del patrimonio etnográfico
Asociado a los poljés o navas anteriormente señalados existe un característico sistema de asentamientos protagonizado por modestos cortijos de sierra que pusieron en cultivo los fértiles llanos arcillosos. Estos cortijos tuvieron su origen con las desamortizaciones civiles y eclesiásticas acontecidas durante el siglo XIX.
En el caso de Conejeras, todavía se conservan las ruinas del antiguo cortijo que se mantuvo en pie hasta los años 70 del siglo XX, destacando su horno de ladrillos y su era empedrada. La primera referencia documental de esta edificación se remonta a 1874, correspondiente a la planimetría del Avance Catastral del Ayuntamiento de Parauta.
Construido sobre el hum que domina el llano, se dedicó a la agricultura del cereal y las leguminosas en régimen de secano (su gran era rectangular, ubicada en la zona más venteada, da fe de la importancia que tuvo dicha actividad), unas tierras de labor conocidas antaño como Hazas del Puerto de Conejeras. Pero este cortijo también desempeñó un importante papel en la arriería y la trashumancia de la ganadería, dada su estratégica ubicación en el cruce de los caminos de Ronda a Marbella y de Parauta a Tolox. Por todo ello llegó a ser muy conocido en toda la comarca.
La protesta ecologista consiguió Conejeras para el Parque Natural
Otro episodio más reciente puso al cortijo Conejeras en el foco mediático cuando el magnate libanés Reymond Nakachian y su esposa la princesa Kim Hong-Hee, perteneciente a la dinastía coreana Simla (la cantante de ópera Kimera), conocidos por el secuestro de su hija Melodie, adquirieron en 1991 la Finca Conejeras, de 325 ha.
Su intención era desarrollar un proyecto inmobiliario que contemplaba un hotel y un campo de golf en la entrada del Parque Natural Sierra de las Nieves. Sin embargo, el grupo ecologista Silvema puso en sobre aviso a la Agencia de Medio Ambiente, que pudo ejercer su derecho de retracto —ya que en el momento de la venta no pudo llevar a cabo el derecho de tanteo al no ser informada de la operación—, y finalmente adquirió la finca por 35 millones de pesetas, cantidad que oficialmente pagó por ella el empresario libanés, de ahí que en la actualidad la finca sea monte público.
Protesta en Conejeras, año 1992 (Fotografía: Juan Terroba)
El cortijo Conejeras, cuyo topónimo hace alusión a la abundancia de conejos que hubo en ese llano hasta la llegada de la mixomatosis en la segunda mitad del siglo XX, también ha jugado un importante papel identitario. Este animal, tan preciado en la gastronomía serrana, fue elegido por Parauta como símbolo de su municipio y es el motivo por el que se celebra su fiesta más popular y concurrida.
En consecuencia, la puesta en valor del cortijo Conejeras es fundamental por múltiples razones: 1) Para salvaguardar la historia y la identidad del municipio de Parauta; 2) Para reconocer el simbolismo del lugar en la lucha contra la especulación urbanística en el Parque Natural; 3) Para divulgar los modos de vida vigentes en la Serranía de Ronda hasta el siglo pasado; 4) Para conocer la huella humana en el paisaje. Por ejemplo, los pastos que actualmente cubren estos extensos llanos no se entenderían si no fuera porque estas tierras estuvieron cultivadas hasta la segunda mitad del siglo XX, de ahí la importancia de conocer la historia local para comprender el paisaje actual.
Ruinas del cortijo de Conejeras, Parauta (Fotografía: Rafael Flores)
De manera incomprensible, la Dirección del Parque Nacional le ha preparado otro destino al cortijo Conejeras: el edificio que albergará el nuevo Centro de Visitantes, con sus más de 900 m2, se construirá sobre sus restos, destruyéndolo para siempre y arrasando el hum sobre el que se asienta.
Esta decisión no se entiende en tanto que los cortijos de sierra son un componente fundamental del paisaje de la Serranía de Ronda, por ende, de la Sierra de las Nieves, estando su restauración sometida a una estricta normativa de obligado cumplimiento por parte de sus propietarios. Razón de más para que la administración pública, que se presupone garante de los valores eco-culturales del espacio protegido, sea la primera en dar ejemplo de conservación de la arquitectura popular que es patrimonio de todos.
Riesgos geológicos: la amenaza oculta
Es importante recordar que el poljé de Conejeras es funcional, es decir, es un relieve kárstico dinámico y en continua evolución. Bajo él subyace una extensa red de galerías que responde a la organización de un drenaje subterráneo que se activa en la temporada de lluvias. Estas estructuras subterráneas por las que se infiltra el agua colapsan con frecuencia, provocando depresiones más o menos profundas localizadas en la topografía de la superficie, como las aparecidas en los últimos años en la zona de barbacoas del área recreativa. Aunque estos sumideros son visibles por su tamaño, suponen un riesgo para las personas y los animales que frecuentan este lugar, por lo que han sido colmatados artificialmente.
Este riesgo de colapso se incrementa exponencialmente cuando los techos de las galerías se someten a una carga extra. Por ello, desde un punto de vista geotécnico se desestima el uso urbano de las depresiones kársticas, requiriendo, en caso de realizarse, técnicas especiales de cimentación. De igual modo, la habilitación de caminos para el paso de camiones y maquinaria pesada debe evitarse por el alto riesgo de colapso.
En tanto que el proyecto de construcción del Centro de Visitantes no contempla el riesgo geológico de colapso, no queda garantizada la seguridad ni de los operarios durante la obra, ni de los futuros usuarios.
El Centro de Visitantes: una toma de decisiones precipitada y equivocada
Tras el fallido intento de urbanización de la Finca Conejeras llevado a cabo en los años 90, la Administración pública, a través de los planes de gestión del Parque Natural Sierra de las Nieves (PRUG y PORN), garantizó la protección de su alto valor ambiental, impidiendo que sobrevolasen sobre este espacio nuevas y desafortunadas actuaciones.
De igual modo, en el planeamiento urbanístico municipal, la finca Conejeras estaba clasificada como Suelo No Urbanizable de Especial Protección dado su elevado valor ambiental y paisajístico. Sin embargo, durante el proceso de declaración del Parque Nacional Sierra de las Nieves, materializado en 2021, se empezó a especular con la necesidad de construir un centro de visitantes en la principal entrada desde la carretera A-397. El Ayuntamiento de Parauta, aprovechando que se estaba terminando de redactar su primer Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), decidió, de forma precipitada y sin criterio experto, delimitar un Sistema General de Equipamiento en el poljé de Conejeras para la implantación del Centro de Visitantes, para lo cual reclasificó el suelo y eliminó su protección ambiental. Todo ello a pesar de la valoración ambiental “muy alta” que ostenta la “Unidad Ambiental Sierra de las Nieves” en la que se integra Conejeras, y de reconocerse en el propio Estudio Ambiental Estratégico del PGOU que el cambio de uso de Conejeras conlleva un “impacto severo sobre el paisaje”, además de afectar “a los Hábitats de Interés Comunitario HIC 6220_2 Majadales de Poa bulbosa (Poetea bulbosae)”. Paradójicamente, en esa misma evaluación también se determina que los riesgos geológicos e hidrogeológicos serán compatibles con el cambio de uso, y que incluso tendrá un impacto positivo para los recursos históricos y culturales del lugar, lo que pone de manifiesto el desconocimiento por parte del equipo redactor del PGOU acerca del funcionamiento del medio kárstico o la existencia del propio cortijo de Conejeras.
Alternativas posibles
Sin duda, el Centro de Visitantes es una infraestructura necesaria, por lo que se exhorta a los responsables del Parque Nacional a que reconsideren la ubicación y el diseño de un equipamiento no exento de riesgos, incompatible con la conservación del patrimonio geológico y etnográfico, y altamente disonante con el carácter paisajístico de la Serranía de Ronda. Si se lleva a cabo esta polémica intervención en el territorio del parque, dejará una huella de por vida y la entrada al mismo nunca más volverá a ser la misma. Por ello, merece la pena repensar el proyecto, sin prisas, ahora que se tiene toda la información científica sobre la mesa, para que, de forma consciente y participativa, se busque la mejor alternativa, apostando por revalorizar el patrimonio kárstico, la historia y la cultura propia del lugar y, sobre todo, por la conservación de su valioso y reconocido paisaje (el Parque Natural Sierras Subbéticas es un excelente ejemplo de buenas prácticas en este sentido).
Una alternativa posible sería realizar la construcción del edificio en la ladera que circunda el poljé, junto al aparcamiento del área recreativa, localización geotécnicamente más estable y visualmente menos impactante. Por supuesto atendiendo a una tipología arquitectónica propia del lugar y no a diseños vanguardistas de difícil encaje en el paisaje. Sólo así se garantizará la seguridad de la instalación frente al riesgo de colapsos, y que el protagonismo no recaiga sobre el edificio, y sí sobre el impresionante paisaje kárstico que se contempla nada más entrar al parque natural. Valgan como ejemplos los Centro de Visitantes de los Parques Naturales Montes de Málaga, Sierra de Huétor o Sierra de Baza, que han sabido recuperar la arquitectura popular e integrarse en el entorno.
Entonces, ¿qué hacer con las ruinas del cortijo Conejeras? Su consolidación para evitar su deterioro, o bien su restauración integral, serían dos opciones factibles.
Organizaciones firmantes
- Instituto de Estudios de Ronda y la Serranía (IERS), CIF: G93297653
- Cilniana, CIF: G29791894
- Club Deportivo Sociedad Espeleo Excursionista Mainake, CIF: G29510914
- Grupo Naturalista Sierra Bermeja (Grunsber), CIF: G29585023
- Por los Caminos Públicos de la Serranía de Ronda, CIF: G93721991
- Salvemos Campos y Montes de la Serranía de Ronda, CIF: G16885600
- Silvema Serranía de Ronda, CIF: J92672369
- Sociedad de Investigaciones Espeleológicas Caxara, CIF: G93531846
- Sociedad Excursionista de Málaga, CIF: G29165131
- Verdemar Ecologistas en Acción Estrecho de Gibraltar y Alborán, CIF: G11083482