Recuperamos este artículo sobre el pinar serpentinícola, hoy 21 de marzo, Día Internacional de Los Bosques. Está escrito por el profesor titular en el departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la Universidad de Málaga, Andrés V. Pérez Latorre, amigo y gran defensor y conocedor de la vegetación de Sierra Bermeja y, en general, de los espacios naturales malagueños. Este texto fue publicado por primera vez en el número 11 de la revista Visión Natural, en julio de 2022.
Pinus pinaster es el árbol más importante de los ecosistemas serpentínicos en la península ibérica (que tienen en Sierra Bermeja su mejor representación) y, por tanto, de dichos hábitats en el suroeste de Europa. Se trata de un árbol de distribución mediterránea occidental y atlántica. En la península ibérica (Portugal y España), es el pino con mayor superficie natural, con poblaciones autóctonas, sobre todo en el centro y sur de la península (como las serranías béticas), estando plantado en otras muchas zonas del norte y resto de la Península.
En la provincia de Málaga se distribuye como especie autóctona tanto por los macizos ultramáficos (tipo Sierra Bermeja) como por los dolomíticos (tipo Sierras Tejeda y Almijara) y sus orlas biogeográficas, aunque se encuentre plantado en otras muchas zonas, incluso en las de su procedencia. En Málaga se considera especie edafoxerófila, que quiere decir que habita normalmente en suelos de evolución impedida por algún factor intrínseco, en este caso peridotitas, serpentinas, mármoles o dolomías, casi desde el nivel del mar, en Sierra Bermeja, hasta cerca de los 1.700 m, en Sierra Almijara, en los pisos bioclimáticos termo, meso y supramediterráneo inferior, siempre que el ombrotipo sea al menos subhúmedo (más de unos 600 mm al año) y el pH del suelo sea ácido o neutro.
Ecología serpentínica del pino negral
En Sierra Bermeja, el Pinus pinaster se desarrolla sobre serpentinas y cualquiera de las rocas agrupadas bajo el paraguas de las “peridotitas”, como dunitas, harzburguitas, lherzholitas, piroxenitas, etcétera. Los suelos serpentínicos son muy pobres en nutrientes tipo NPK (nitrógeno, fósforo, potasio), y además ricos en metales pesados tóxicos como Ni, Co, Hg, Cd, Sr (níquel, cobalto, mercurio, cadmio, estroncio); son muy rocosos, tienen mucha pendiente y presentan una evolución muy lenta en la actualidad. Todos estos obstáculos no impiden su colonización al pino negral, una conífera de temperamento fuerte, que es capaz de colonizar los suelos ultramáficos desde casi los 100 m hasta las cumbres de Sierra Bermeja en Cerro Abanto, a casi 1.500 m. Tiene a su favor unas elevadas precipitaciones que caen en la montaña, de incluso más de 1.000 mm al año, que pueden “lavar” el suelo, muchos días de nieblas procedentes de condensación del Mediterráneo o por retención del “terral”, y un pH cercano a la neutralidad. Puede soportar temperaturas extremas de hasta -15ºC y 40ºC, puntualmente.
Descripción taxonómica
Nombre científico: Pinus pinaster Aiton
Familia: Pinaceae, grupo de las Coníferas dentro de las Gimnospermas
Nombres autóctonos o vernáculos: pino resinero, pino negral, pino marítimo
Árbol de talla mediana (unos 20 m) aunque puede alcanzar 40 m. Sistema radical potente, con raíz principal y secundarias muy desarrolladas. Corteza gruesa y oscura muy agrietada. Ramificación verticilada; ramas principales con hojas escuamiformes, sin clorofila; ramitas cortas con 2 hojas aciculares, rígidas, de 10-25 x 0,1-0,2 cm, rígidas y mucronadas. Piñas masculinas de 1 a 2 cm de longitud y 4 a 6 mm de grosor, en grupos numerosos. Piñas femeninas de 8-20 x 5-9 cm, sin pedúnculo, cónicas, de color castaño, con escamas persistentes y dehiscencia prolongada; escamas ovulíferas con parte exterior (ombligo) prominente. Semillas (piñones) 6-8 mm, lignificadas, con ala de hasta 30 mm. Embrión con 5-11 cotiledones.
La variedad acutisquama
Existe una variante descrita por Charles Edmond Boissier (P. pinaster var. acutisquama Boiss.) en su obra Voyage botanique dans le midi de l’Espagne (2: 583. 1841) restringida a Sierra Bermeja. Se diferencia de la variedad típica en que las escamas por su parte externa son “muy prominentes, agudamente aquilladas transversalmente, con un punto central (ombligo) subagudo cónico, que sería endémica de las peridotitas de Sierra Bermeja”. Debido a las reforestaciones con variedades externas a Sierra Bermeja e hibridaciones posteriores, es posible que queden pocos ejemplares de esta variedad.
Algunos autores han elevado su categoría a subespecie (P. pinaster subsp. acutisquama (Boiss.) Rivas, Asensi, Molero & Valle), extendiendo su área no solo a las peridotitas sino también a las dolomías de la Sierra de Almijara.
Clave de identificación
Identificar las plantas es el primer paso para trabajar con ellas. A continuación, se establece una clave para identificar las tres especies de pinos existentes en Sierra Bermeja y su piedemonte. Una de ellas no es autóctona en Bermeja (Pinus pinea) pero se encuentra plantada, y las otras dos se separan ecológicamente: Pinus pinaster sobre peridotitas y orlas de rocas silíceas, y Pinus halepensis sobre pequeños afloramientos de mármoles, calizas y dolomías.
CLAVE PARA IDENTIFICAR LAS TRES ESPECIES DE PINOS PRESENTES EN SIERRA BERMEJA Y SU PIEDEMONTE
ESPECIE | COPA | TALLA | LONG.HOJA (ACÍCULA) | LONG.PIÑA FEMENINA | DISPOSICIÓN DE LA PIÑA FEMENINA |
---|---|---|---|---|---|
Pino negral (Pinus pinaster) | Irregular | Hasta 40 m | Hasta 25 cm | Hasta 20 cm | Colgante sin pedúnculo |
Pino carrasco (Pinus halepensis) | Piramidal | Hasta 25 m | Hasta 14 cm | Hasta 12 cm | Colgante con pedúnculo |
Pino piñonero (Pinus pinea) | Aparasolada | Hasta 30 m | Hasta 18 cm | Hasta 16 cm | Colgante sin pedúnculo |
Ciclo de vida
Entendemos como el ciclo de reproducción del pino negral al periodo desde que nacen las primeras piñas fértiles de pinos adultos hasta que se genera la semilla y puede germinar la primera plántula, que se independiza de la planta “madre” y, por tanto, asegura la supervivencia de la especie.
En los pinos, cada individuo posee los dos sexos; por tanto, cada árbol tiene piñas masculinas, pequeñas, caducas, en el extremo de las ramas, y piñas femeninas, mucho más grandes, perennes y que quedan finalmente colgantes a lo largo de las ramas.
En un momento de la primavera, las yemas apicales de las ramas principales, en vez de generar ramitas secundarias y hojas, generan piñas masculinas en gran cantidad y unas pocas piñas femeninas. Las piñas masculinas poseen escamas con sacos polínicos y las piñas femeninas escamas ovulíferas. Los sacos polínicos generan miles de granos de polen que, mediante polinización anemófila (por el viento, ya que tienen dos flotadores), van a viajar hasta la piña femenina, fecundando el óvulo que se encuentra en la escama ovulífera (un par por escama). En ese momento, se fusionan los cromosomas aportados por el grano de polen y los del óvulo, formándose un zigoto con toda la dotación cromosómica que, por crecimiento, va a generar a su vez el embrión protegido en la semilla. La semilla, en este caso del pino negral, se denomina piñón y de fuera hacia adentro tiene una testa muy dura, protectora, rodeada de un ala, que puede hacer flotar al piñón y que el viento dispersa a grandes distancias (dispersión anemófila); dentro de la testa de encuentra el embrión protegido por tejido nutricio, que es del que nos alimentamos cuando comemos piñones (en este caso de pino piñonero). Cuando el piñón está maduro, las escamas de la piña se van abriendo y los liberan (esto puede ocurrir también por el calor de un incendio). Los piñones, gracias a su ala, flotan y se alejan de la planta “madre”, cayendo finalmente al suelo. En el otoño, las primeras lluvias los hacen germinar, generando unas plántulas muy características con un tallito blanquecino y muchas hojas verdes formando una corona. Si la plántula llega a formar un pino adulto, en ese momento se cerraría el ciclo.
Cuestiones importantes que generalmente se confunden son que los pinos tienen dos tipos de piñas, masculinas y femeninas; que no tienen frutos, tienen piñas (también llamadas “conos” y de ahí “coníferas”), que son una especie de flores muy primitivas; que la semilla del pino es el piñón.
Fenología
Florece desde el fin de marzo a principios de mayo. La piña femenina estará madura en el verano del siguiente año y la caída de los piñones ocurre en primavera o verano del tercer año. Pueden quedar piñones en el árbol 1 o 2 años más. Las hojas duran de 3 a 4 años. El pino negral puede alcanzar los 200-300 años, incluso más, sin aprovechamientos como la resina.
Pino serótino y los incendios
Se trata del más combustible de los pinos peninsulares. Se considera una especie pirófita, ya que es favorecida por el fuego en el sentido de que aumenta su número de individuos debido a una germinación masiva de piñones tras el paso del fuego. Este fenómeno es debido a que el pino negral es serótino, lo que quiere decir que, en su caso, las piñas femeninas (que mantienen los piñones encerrados hasta dos años), rompen su dehiscencia debido al calor generado por el incendio, haciendo que haya una dispersión masiva de piñones y, si el año es bueno, una germinación también masiva de plántulas, que generalmente producen bosquetes muy densos de pinos adultos, muy frecuentes en Sierra Bermeja, debido a su historial de incendios recurrentes.
El uso de la resina y la madera
La madera del pino negral es de las más resinosas del género. Se ha utilizado en carpintería o para fabricar traviesas de ferrocarril, por ejemplo, con turnos de 70-80 años. Su aprovechamiento más típico es la resina (miera), siendo el pino peninsular de mayor producción, con hasta 5 kg/árbol y año, y turnos de 80-90 años. Esta actividad ha dado nombre a numerosas fincas con el nombre de “La Resinera”, como la situada en la parte central de Sierra Bermeja, que contaba con una enorme extensión de pino negral y ardió en el incendio de junio de 2022.
El paisaje vegetal de los pinares serpentinícolas
En la mayor parte de Sierra Bermeja, el paisaje vegetal está constituido por matorrales con pinos negrales en mayor o menor densidad. Es la seña de identidad de este macizo ultramáfico tan singular y del sector biogeográfico Bermejense, exclusivo de la provincia de Málaga. Se trata de un paisaje también endémico, peculiar y salvaje, donde el verde oscuro del pinar se mezcla con el rojizo de la roca y el verde blanquecino del matorral.
Los matorrales con pinos y los pinares se diferencian en su composición florística. Normalmente lo que pueda parecer un bosque denso de pinos es realmente una regeneración natural del pinar, más o menos densa, tras un incendio en años anteriores. El aspecto natural del que podría hablarse al final de una hipotética sucesión vegetal es una formación de arbustos con un dosel de pinos de variada cobertura. Entre los arbustos climácicos (como se diría técnicamente) estarían Quercus coccifera (coscoja), Juniperus oxycedrus (enebro), Erica scoparia (brezo negro), Phillyrea angustifolia (olivilla), Cytisus malacitanus (escobón), Chamaerops humilis (palmito).
El pino puede estar también presente en los matorrales serpentinícolas con un significado de colonización de espacios libres o como una reliquia de un antiguo incendio, en el cual el matorral se regeneró y el pino no se vio afectado por su talla y dispersión de los pies.
Hay que destacar también los pinares de pino negral en Sierra Bermeja sobre sustratos esquistosos y gneises, en el cual aparece el pino negral de modo natural en el alcornocal, colonizando sus huecos o incluso en formaciones arboladas densas, generalmente procedente de colonizaciones post-incendio. Este aspecto se puede observar muy fácilmente en el valle del río Guadaiza.
En Sierra Bermeja, cuando las condiciones mesobioclimáticas son especiales, con umbrías de pendiente pronunciada, altitudes superiores a unos 1.000 m, frecuentes nieblas y geomorfología cóncava o de vaguada, el pinar puede ser reemplazado por el bosque de pinsapos (Abies pinsapo Boiss.) y este a su vez puede volver a ser un pinar tras un incendio forestal, por la incapacidad de regeneración del pinsapo y la capacidad colonizadora y pirófita de su alter ego, el pino negral.
Los matorrales están asociados al pinar de modo que en la mayor parte de Sierra Bermeja se trata de un jaguarzal serpentinícola xerófilo y endémico (técnicamente Digitali laciniatae-Halimietum atriplicifolii), rico en jaguarzo blanco (Halimium atriplicifolium) y los serpentinófitos endémicos como Staehelina baetica o Galium boissieranum, donde el pino negral abunda en mayor o menor medida o incluso puede estar ausente. Sin embargo, existe otro tipo de matorral en Bermeja, el técnicamente denominado Genisto lanuginosae-Cistetum populifolii, que es un jaral-brezal con especies más ombrófilas (amantes de la lluvia) que el anterior: Cistus populifolius subsp. major, Genista triacanthos, o Polygala baetica, con otros serpentinófitos como Centaurea haenseleri. Este matorral es apetecido por el pinsapo para extender sus dominios ya que el jaral-brezal funciona bien en los hábitats también proclives al pinsapar.
Conservación y protección
El pinar serpentinícola en su fase madura (nombre científico Querco cocciferae-Pinetum acutisquamae), es un Hábitat de Interés Comunitario (HIC) de la Directiva 92/43UE (9540 Pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos) y, por tanto, protegido en las dos ZEC que califican a Sierra Bermeja: “Los Reales de Sierra Bermeja” (ES6170004) y “Sierras Bermeja y Real” (ES6170010). Los tipos de matorrales acompañantes en la dinámica sucesional y postfuego son HIC de la Directiva 92/43UE (5330 Matorrales termomediterráneos y pre-estépicos) y están igualmente protegidos. Por supuesto, el pinsapar (9520 Abetales de Abies pinsapo) es también un HIC teóricamente protegido, como todos los demás.
Aunque los pinares de Sierra Bermeja están bien adaptados al fuego, una recurrencia alta de incendios puede acabar con su capacidad de regeneración. Esta alta recurrencia se refleja en cada vez un menor periodo de años entre incendios, lo que no permite a las jóvenes plántulas hacerse adultas y generar piñas para asegurar la supervivencia. Esto, como regla general, se puede aplicar a todo el ecosistema serpentínico, por lo que son necesarias medidas contundentes e inmediatas para conseguir el objetivo de salvaguardarlos: la declaración de Parque Nacional con una Ley y sistema propio de defensa anti-incendios en Sierra Bermeja y su área de influencia, su vigilancia metódica, las labores de prevención directas e indirectas mediante el uso de la biomasa, y la implicación decidida de los ciudadanos, ayuntamientos y administraciones con acciones medibles y palpables dirigidas a ello.
Puede leerse el artículo publicado en papel. con la maquetación, las fotografías y las referencias bibliográficas originales, en este enlace.